Hola, queridos lectores.
Hoy les traigo un relato muy cortito, con el que tuve la fortuna de participar en el concurso de Olga Salar, que celebra sus casi 2000 seguidores, y también el super éxito que está teniendo su novela Melodía Inmortal...
Lo voy a publicar para que todos puedan leerlo (a ver si así me trae un poco de suerte), y estoy cruzando los dedos a ver si gano...
Las
notas del vals se deslizan por el salón de baile, flotando de aquí para allá
delicadamente, como una bruma cálida y acogedora. Por una vez, me olvido de la
torpeza de mis pies y me dejo llevar por el ritmo sutil de la música, que
abandona lentamente las teclas del piano y se filtra entre mi ropa para
acariciarme la piel de arriba abajo.
¡Oh,
él es maravilloso!
Aunque
hay otras parejas en la sala de prácticas, yo me siento en las nubes. Y es que
mi cuerpo vibra de emoción cada vez que nuestras miradas se cruzan. Yo ya no
puedo controlar a mi corazón, que se desborda de amor por él.
De
pronto el ritmo cambia, y él desliza sus manos alrededor de mi cintura para
hacerme girar sobre el suelo de espejos. Nuestros ojos se cruzan nuevamente, y
la forma en que sus verdes pupilas me miran me hace sentir en el cielo, porque un
pacto secreto se ha sellado entre nosotros a partir de ese instante.
Así
que yo cierro los ojos, entregándome, y deseando que ese momento perfecto no
acabe jamás.
Y
perdiéndome en la melodía infinita…
Yo
vuelo.
¡Deseenme suerte!
Hasta otra
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